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A Lorena.
ENEMIGOS DEL AMOR.
La falta de entrega. Debes salir del pozo.
De sin esperar nada a esperándolo todo.
Mi Diario. Reunión del cinco de marzo de 2005. Sábado.
Querida Lorena.
Aunque yo se que no me pedías que te escribiera, yo sé que lo deseabas. Tu carta era con un remite en letras grandes y gruesas para que no pasara desapercibido, por lo que pude ver a casa de tus padres, no quieres que Moncho cogiera la posible respuesta,
Y cada frase de ella invitaba a una reflexión, juntos.
Pero, Lorena querida, yo no puedo sacarte del pozo en que tu estás según dices voluntariamente metida. Ni siquiera puede echarte una escalera para que si quieres salgas. Sólo tu voluntad, libre y decidida, puede hacerte subir a la superficie.
Aunque por lo que leo en tu carta tu voluntad ya no es muy libre y está atenazada en la rutina, la comodidad, el bienestar, la rueda fácil de la cuesta abajo y el sexo lleno que cuando llega a ser culminación en la mujer, deseo y satisfacción satisfecho, le ata más incluso que al hombre.
Tienes que salir primero de esa rueda que no es de la alegre noria de la vida, que la llena del agua saltarina y limpia que fluye y corre jubilosa por nuestras venas, sino rueda de molino pesada, gruesa y de piedra que va deshaciendo tu vida, tus ilusiones y tus esperanzas, y triturando tu tiempo, tus futuro y tus deseos de vida compartida en el amor y en la hermosa paternidad y maternidad de los hijos.
Lorena, Lorena, sólo tú puedes. Yo te diría que tienes que dar dos saltos. Primero hacia tu libertad plena de mujer libre. Si tienes algo de fe, de mujer llena de la libertad de los hijos de Dios que es la libertad en plenitud. Y esa libertad sólo la podrás encontrar dentro de ti misma. Si tienes algo de fe pídesela a Dios, que es Padre y Padre de Misericordia.
Luego el segundo salto, ya libre y no atada con ninguna esclavitud ni becerro de oro que te hayas construido para adorarlo y adorarte, será más difícil, arduo y doloroso.
Te tienes que sentar delante de Moncho y primero hacerle comprender que eres un ser humano, una mujer con su inteligencia, su voluntad y sobre todo con su corazón, sus sentimientos, sus ilusiones y sus esperanzas. Que le quieres pero no por encima de él mismo, y que desde luego no puedes consentir que se degrade tanto que te use sólo como un objeto de placer en el sexo, de servicio en la casa, y de acompañamiento para sus momentos de soledad sin amigos o diversiones.
No discuta, Lorena. No lleves la conversación a si pero tú más. Termina diciéndole que lo piense, que lo medite, que admite también sus puntos de vista para razonarlo y que hasta luego. Quiero decir tras tu exposición desaparece. Bueno, cariño, ya seguiremos hablando pues lo deseo mucho. Perdona pero he quedado para una cosa urgente en mi trabajo y tengo que salir. No metas aquí a tu madre que has quedado con ella. Las suegras apart4 en otro momento. Sí, hasta luego. Te quiero. Un beso. Y desaparece.
Con serenidad volver a tratar el tema cuando él lo haya rumiado. Y si el se pone razonable, escúchale con amor y paciencia. Intenta ver sus puntos de vista y ponerte en su carne. Pero en esta conversación las cosas tienen que quedar muy clara. O cambian o es el fin del fin. Hay algo que está por encima de ti misma y es la dignidad de los dos.
Creo que Moncho es lo suficientemente inteligente para comprender, ver y salir de sus egoísmos quizás maternales, de hijo super único y mimadísimo.
Creo que te quiere lo suficiente para darse cuenta que amar es salir de él e ir a ti.
Que Dios te acompañe en esta aventura si realmente quieres tirarte al torrente de lo que
Dios quiera. Solo me queda decirte que existe Providencia, y que esta es el cuidado amoroso y detallista que Dios tiene con cada uno de sus hijos.
Y te puedo asegurar con toda la fe de mi corazón que Dios te quiere y que eres una hija muy querida de su corazón de Padre.
Con cariño y teniéndote casi de continuo presente en mi oración al Señor, Carlos
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