>
Mi Diario a uno de agosto de 2004.
Nos casamos hace tan solo dos meses y veintitrés días, hemos vuelto del viaje de novios hace un mes y veintiséis días, hemos trabajado el resto de junio y todo julio y hete aquí de nuevo en vacaciones de verano, un mes. ¡Qué vida, Dios mío! Creo que no la volveremos a pillar. Nos hemos perdido tres reuniones que Mónica e Isabela nos han completado con sus apuntes y una charla larga en nuestra casa, que así estrenábamos para los amigos. Aunque ya la habían pisado todos el día de nuestra vuelta cuando con una pancarta nos esperaban en el aeropuerto. ¡Qué estupendos y animados son!
Son nuestras primeras vacaciones de casados. Vamos a distribuir en tiempo entre una semana en Mallorca en casa de sus tíos, los Rivero de la Frada, su tía Emilia y su tío Pablo. Las otras tres semanas, una con sus padres, en un pueblito de la costa levantina, Benissa, en un hotel maravilloso en la costa Blanca, nos invitaron sus padres, y dos, con los míos, en el Sur de Gran Canaria. Así cuando terminen las vacaciones estaremos muy cerquita de nuestro nuevo hogar.
Desde luego nuestra vida es una vida de relax y comodidad y no puedo por menos de a veces plantearme si no será demasiado “lujuriosa” y placentera.
Si es verdad que trabajamos duro, tanto José Carlos como yo todo el año, pues su trabajo es a veces estresante y agobiante, con los segundos contados para que las operaciones de descarga y entrega de mercancías sean rápidas y eficaces. Unos minutos de retraso pueden costar mucho dinero al importador y se lo comen los nervios para tenerlo todo a punto y sin retrasos e inconvenientes.
>
lunes, 4 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario