lunes, 4 de febrero de 2008

06.- "Mónica está en El Hierro"

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Mi Diario a veinticinco de agosto de 2004.

Correo electrónico de Mónica a todos desde el Hierro.

Este año, mis querido amigos, hemos tirado la casa por la ventana y Francisco Javier y yo, vuestra muy amiga Mónica, nos hemos venido diez días a El Hierro, del 21 a1 30, a unos apartamentos en una calita muy pequeña, y con unos apartamentos “muy humildes”, sin pretensiones, sin Hoteles, Discotecas, salas de Fiestas ni Centros Comerciales.
Nos hemos venido con otros dos matrimonios de nuestro Grupo de Catecumenado, de la Confirmación, con los que guardamos una muy fuerte amistad desde nuestros primeros balbuceos en nuestra Parroquia. Ellos también están en la Rondalla y como se casaron antes que nosotros e iban desesperados por el primer hijo, ya con mi amiga Yaiza, hay una pequeña Yaiza, de un año y medio, orgullo y desvelo de su padre, Boro, y un pequeño Alejandro, perdigón de su madre, mi amiga Naira, siempre va volando como una fecha a todas partes, y sobre el que se vuelca su padre, Santiago en una enseñanza continua sobre “todas las cosas” de la naturaleza, la tierra y el mar. Nadar, bucear, pescar, sembrar, recolectar, hacer castillos en la arena, y presas en la orilla, jugar a las palas, aquí no está prohibido porque estamos solos nosotros y un par de matrimonios mayores extranjeros muy simpáticos que se ponen en la otra punta de la calita a tomar el sol y a leer tranquilamente.
Bueno juegan a veces con una pelotita con plumas que siempre cae derecha y que tarda más en caer y que es más fácil para Alejandrillo.
Solo nosotros dos estamos aún solos y con solo la esperanza. De todas formas será cuando Dios quiera, porque no llevamos ni ochos meses de casados y de muy bien casado, porque cada día bendecimos a Dios por ese maravilloso encuentro con Jesús, su Hijo en el Sacramento que lo vivimos a tope en nuestra pareja.
Tenemos que ir al pueblo en coche a comprar pero unos agricultores que son los que han hecho los apartamentos junto con sus padres y hermanos nos proveen de casi todo y nos traen el pan cada día. Como son “colegas” en el oficio nos llevamos muy bien con ellos y Francisco Javier se pasa horas hablando con el, Santiago, sobre todo lo del campo y las diferencias con San Mateo.
Lo que más siento s que no podemos asita y celebrar nuestra Misa diaria y sólo la dominical, pues en el pueblo sólo hay Eucaristía los domingos, el 22 que ya fuimos todos y pasamos luego la mañana en el pueblo, casi una Aldea, y sus alrededores, maravilloso y hermosísimo, y el día 29 volveremos a Misa y celebraré en esa gran comunión mi santo, que será pasado mañana 27, y el treinta y uno volveremos en el ferry a Gran Canaria y llegar a San Mateo por la noche.
Como somos amigos desde hace tantos años, juventud divino tesoro, todos los días hacemos juntos un rato de oración, sin casar a los niños y generalmente cuando ya duermen. Otro rato de la tarde, lo dedicamos a rezar el Rosario, juntos, a veces en la playa. Todo momento s bueno para decirle que la queremos. Todas las noches nos reunimos tras la cena, hacemos todas las comidas juntos y parecemos y somos una sola familia, con la fuerza de la hermandad en el Señor Jesús, todas las noches pues salen a relucir los timples y las guitarras, las bandurrias, el laúd, y la fiesta es una delicia cuando van saliendo Isas, Folias, Malagueña, Mazurcas, Polcas Majoreras, etc.
Han bajado un par de días nuestros “arrendadores” Santiago, su mujer María y sus dos hijos, Pepillo y Dolores, y nos han enseñado, ellos también tocan los cuatro, los aires propios de El Hiero, el “Baile del vivo”, el “tango herreño” y el “baile de la Virgen” pues en nuestro pueblo canario si rascas un poco en seguida sale en la Fiesta la madre de Dios. Y desde luego no se lo pierden ni una noche los dos parejas de matrimonios extranjeros, que a veces traen unas galletas suecas sabrosísimas y otras una copita de un licor dulzón y ardiente en el gaznate.
Casi parecemos ermitaños, pero unas ermitañas muy modernas que bajan a la playa en bikini a tomar el sol como lagartos, y unos ermitaños muy deportistas, con sus meybas,
jugando al futbito, Santi y Alejandrito contra Boro y Francisco Javier, y les ganan por goleada los primeros pues Boro y mi muy amado tormento son muy malos jugando.
Los días nos han pasado volando. Mis padres y los padres de Francisco Javier se han ocupado del Puesto y nuestros hermanos y algún amigo del campo. ¡Cómo tenemos que agradecérselo pues estos días han sido una segunda luna de miel! Os diré en muy profunda intimidad que estamos llenos del amor maravilloso del cuerpo y del amor del divino del alma. De verdad os puedo confesar con amistad y un mucho de vergüenza pero con la confianza del profundo sentido cristiano con el que nos esforzamos en vivirlo, que Francisco Javier y yo, su Mónica, solos un solo cuerpo, unión y crecimiento de la fuerza humana que nos une, y una sola alma, pues respiramos a Dios el uno dentro el otro. Sí, mi querida Isabel, también en sentido corporal. Si Dios es amor Dios se ha hecho presente y encarnado muy fuertemente en nuestro amor, n el amor de nuestros cuerpos que es uno con el amor de nuestras almas.
Creo que los cristianos hemos minusvalorado, por los ribetes que puede tener de desvío la sexualidad hacia el egoísmo y el usar al otro para nuestro provecho y placer, la entrega carnal de la pareja, bendecida por Dios en el Sacramento y elevada por Cristo a que no separemos, el amor y la carne, lo que Dios mismo ha unido. Por eso dejará a el hombre a su padre y a su madre, puede haber separación más grande cuando hay familia y hogar, y se unirá a su mujer y seremos Francisco Javier y Mónica, una sola carne”
Aún porque enunciada así me dejó impactada, ya que siempre rodeamos el placer como dentro del círculo del pecado, las palabras de Carlos el día de la sexualidad.
“Quién no ama el placer, (ama, es fuerte ¿verdad?) no ama a su Creador”. A Dios y Dios como Padre amoroso que nos lo entrega para que estemos llenos de él, a tope, sí hay que decirlo sin tapujos en el cuerpo, en nuestro cuerpo que lo ansía y se siente amado al recibirlo de nuestra pareja. Pero recuerdo muy bien que añadió, “Quién abusa de él, del placer, tampoco”, tampoco ama a Dios por no usarlo con los fines y en los límites o términos que El lo creó y para lo que lo creó. Si al compartir estas intimidades con la sencillez evangélica de la paloma y con limpieza d corazón de la bienaventuranza, os pudo afirmar sin mentiros que “veo a Dios” dentro de mí y dentro de Francisco Javier.
Os quiero con todo el cariño de hermana pequeña, no el la edad sino en la santidad y perfección que hemos sido llamados en el matrimonio, “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” y con todo el deseo de volveros a ver pronto en nuestro amado Madroñal”
Con toda nuestra amistad, Mónica y
Francisco Javier.
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