lunes, 4 de febrero de 2008

15.- "Tu dios no es seguramente Dios"

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TEMA AUN NO TERMINADO
A Naira.
“Tu dios no es seguramente Dios”.

Te has hecho un dios a tu imagen y semejanza.

ENEMIGOS DEL AMOR.
Volitivas: (enemigos en la voluntad)

Mi Diario. Reunión del treinta de octubre de 2004.
EL EGOISMO.
Ver “A tu imagen y semejanza, un dios chiquitito”

Principios de cómo somos naturalmente para poder centrar los temas.
La naturaleza de nuestra mente, nuestra voluntad y nuestro corazón.

Me decías ayer, saltando de tema en tema, sin detenerte, sin acaparar y sin exprimir ninguno, mariposeando por todos y antes de hacer luz sobre nada saltando ya a otro tema, me decías ayer, que nuestro pensamiento era muy poco abierto y que no admitíamos más verdad que nuestra verdad, cuando la verdad podía ser varia y estar en varios pensamientos o concepciones a la par.
Voy a empezar por poner algunos principios, filosóficos, estructurales del ser humano, es decir, de su propia estructura o naturaleza, para fundamentar lo que te digo y no caer en ese eclecticismo en que nada tu mente, y en ese relativismo en que naufraga tu corazón.

No cedes nada, todo lo exiges.
Sin dar nada, exigiéndolo todo ahora y sin espera.
Y a tus egoísmos, llamas amor.

Si alguno ha querido pasar de la convivencia placentera de tus sábanas al compromiso y la responsabilidad de vida compartida, pareja humana estable, al menos natural, matrimonio natural, o aspirando a legalizarlo cristiano en la ley y la sociedad envolvente, tú no te has movido un ápice varada en tu insegura seguridad, y le has exigido que entrara por tus exigencias, para no perder tus ancladas seguridades, sin ductilidad alguna, sin ceder nada, teniendo sólo él que cambiar vida, trabajo, residencia, amigos, parientes, y costumbres, también medio de vida, para adaptarse a ti y a tus circunstancias, que son tu trabajo frágil y precario pero seguro por ahora, y tu vida hecha en tus costumbres, sin necesidades creadas, casi sin gastos y con tus dos hijos varones en sus colegios y con su educación tan peculiar como tu misma.
Y lo curiosa es que conforme has llegado a entregar el cuerpo, y tus sexualidad siempre desbordante y desbordada, se te han ido escapando, muriendo o matándolos.
Parecía más bien una conquista, una posesión, un pertenencia, un sometimiento a ti, que una entrega tuya y de ti. Aunque tu pomposamente lo llamas amor y estar enamorada, yo dudo bastante que no sea una manera disimulada de vestir y revestir tu santo egoísmo.
El hombre y la mujer no son un saco de sexualidad a la que parece que tú, a veces, los reduces.

La contemplación
Y te refugias en el nirvana de la ensoñada contemplación oriental.
Dios, nuestro Dios, es un Dios de vida y plenitud y la mística cristiana es el alma y el cuerpo, la persona entera elevada y llena de la plenitud de Dios. No de su divinidad en abstracto, nuestro Dios es un Dios personal. Es por tanto una unión personal, de personas, en plenitud. De una persona humana, alma y cuerpo, con tres Personas divinas, Santísima Trinidad, vida íntima y perfecta de Dios en sí mismo y todo en la plenitud del Amor.
Sí, Dios es quietud, porque Dios es Inmutable. En El no hay cambio posible como no hay antes ni después. Es la eternidad del presente. Pero Dios es acción porque Dios es vida. Y es vida siendo solo amor. Y es todo, quietud, acción, presente, eternidad, vida, luz, amor sin cambiar nada. Ni Dios mora en el vacío, en la nada, en el nirvana, o en el inmovilismo del hombre que vacía su mente y para su corazón en la quietud del no ser.
La Divinidad, la divinidad de Dios es Él mismo. Y por tanto su plenitud. Y no viene a llenar el hueco que le hagamos en un vacío de nosotros mismos. Viene a llenar nuestra propia plenitud con su plenitud, impregnándola sin confundirla. Elevándonos hasta Sí, sin tener que bajar hasta nosotros.
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